El salmón es una de las fuentes naturales más ricas de los ácidos grasos EPA y DHA. Con solo 1-2 raciones semanales ya puede contribuir significativamente a la ingesta de omega-3. A la parrilla o al horno, servido con verduras frescas, se integra fácilmente en una dieta equilibrada. También es una opción excelente en forma de ahumado en frío para ensaladas, dando lugar a un plato rápido y rico en nutrientes; y si preparamos sopa de pescado o un guiso de pescado, obtenemos una comida caliente, saciante y nutritiva.

La caballa posee un contenido de omega-3 excepcionalmente alto y, además, aporta mucha vitamina D y proteínas. Una elección excelente sobre tostada integral o servida sobre una cama de ensalada; al horno, con limón y hierbas frescas, también resulta un plato sabroso y rico en nutrientes. Si la consumimos en conserva, conviene elegir la versión en aceite de oliva, que preserva el contenido de nutrientes del pescado.

La nuez contiene omega-3 principalmente en forma de ALA. Se integra fácilmente en la dieta diaria y es un tentempié sano y excelente. Picadas, podemos espolvorearlas sobre sopas, aportando una textura especial y crujiente a los platos. En un pesto casero, sustituyendo parte de los piñones por nuez, podemos lograr un sabor más marcado. Picadas, combinadas con frutas deshidratadas, forman una mezcla de energía natural, útil también cuando vamos de camino.

Una sola cucharada de semillas de chía aporta una cantidad significativa de omega-3 de origen vegetal y, además, se puede consumir fácilmente en batidos, gachas de avena o yogur. Remojadas en agua, pueden usarse como base para una refrescante limonada con limón; mezcladas con leche, podemos preparar un pudín. Espolvoreadas sobre pan o galletas antes de hornear, aportan una capa extra crujiente.

Aunque no es la fuente más abundante de omega-3, ofrece valiosas grasas insaturadas y fibra, aportando variedad a una dieta equilibrada. Cortado en cubos, combina de maravilla con una ensalada de quinoa o bulgur, enriqueciendo la textura del plato; triturado con cacao y plátano se puede preparar un postre cremoso y saludable; partido por la mitad y horneado junto con huevo, se convierte en un desayuno o brunch sustancioso.

Además del deporte, siempre intento prestar atención de forma consciente a mi propio estilo de vida, pero confieso que durante mucho tiempo dejé de lado los complementos. Cuando conocí la importancia del omega-3, me di cuenta de que era un eslabón que faltaba en mi rutina. Ahora forma parte de mi día a día y siento que mi alimentación es más completa. Para mí, se trata de que no falte nada importante de lo que hago por mí mismo.

Mi día exige muchísima energía, ya que hora a hora motivo y guío a personas. Antes, muchas veces llegaba a casa completamente agotado y sentía que algo faltaba en mi rutina consciente. Empecé a tomar omega-3 porque quería rendir de forma sólida también a largo plazo. Para mí no es una cápsula, sino un pequeño hábito con el que me aseguro de ser más fuerte y resistente.

Siempre busco el máximo y durante mucho tiempo pensé que bastaba con dar el cien por cien solo en mis entrenamientos. Luego empecé a prestar más atención a cómo podía apoyarme también desde dentro, y ahí entró en juego el omega-3. Desde que lo tomo con regularidad, siento mis días mucho más equilibrados. Para mí, esta cápsula es uno de los mejores ejemplos de conciencia: simple, pero aporta mucho.

Llevo años trabajando como entrenadora y siempre recalco a mis clientes que los detalles son lo que más cuenta. Durante un tiempo yo misma no me tomé en serio la ingesta de omega-3, pero con el tiempo me di cuenta de lo importante que es. Ahora ya forma parte de todas mis mañanas, y realmente siento que así empieza de verdad y por completo mi día. Para mí, este pequeño hábito me da la sensación de que me cuido no solo durante el entrenamiento, sino también fuera de él.